Y puedo cometer errores, y puedo caerme. Perder el sentido, dejar de ser coherente, aquí, allá, contigo, con nadie, con todxs.
Puedo meter la pata hasta el fondo o salir airosa, puedo reírme hasta reventar o llorar compulsivamente. Puedo tener ansiedad o estar serena.
Puedo beber hasta caerme en lo más profundo de mi alma, puedo hacer el idiota, pueden hablar de mi...
Pero puedo decir, que me he conocido, que me sigo conociendo, que no temo; no temo a los rincones más profundos de mi alma, no temo a toparme en la noche contra mi misma. Sé lo que hay cuando caigo, y sé lo que me espera cuando me levanto.
Aun me queda mucho que conocer, mucho por sorprenderme a mi misma. Es todo o nada. La suerte está echada, y ala vez, nada está dicho.
Estoy aprendiendo, si, quizás. El peor error, no es la inconsciencia, sino, no saber estar solxs. Es lo primero, lo básico, hay que intentarlo; paradójico, cuando a veces también me sobra el mundo; quiero creer, atisbos de ir aprendiendo.
No me importan las miradas, ni los gestos, ni las malas palabras. No me importa caerme; porque solo así se aprende. Culpable es el dolor, o mas bien... le doy las gracias, porque sin él, no sería quien soy; sin el, no sabría ser.
Puedo caerme, si, puedo ser otra, o ninguna.
Puedo ser, o no ser.
Alguien.. y nadie.
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